GÁDEX, por Fernando Villalón
GÁDEX
De pie sobre una piedra de tu vieja muralla
(que conoció a Fenicia allá en sus mocedades)
dejo que el oleaje cubra sus oquedades
y persigo la espuma de la ola en la playa.
Un puñado de arena he burlado a la Mar;
con fervoroso esfuerzo lo arrojo contra el cielo
y seguido de la ola consigo con anhelo
otra vez a mi roca poderme encaramar.
Miro a Europa a mis plantas; de su extremo confín
el último pedazo de tierra le he robado
y en el mar se ha disuelto. Europa: te he arrancado
un padrastro del dedo… un pelo de tu crin…
Prisionera en sus muros que a besos rompe el mar,
Gádex duerme a mi vista,
y almizclada de brumas me parece
una nao futurista
con palos como torres y jarcias de cristal…
(Es una gran cosmópolis lista para zarpar…)
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Ya se va; ya su quilla
puso rumbo a un lucero…
Cuando despierte a España el viento mañanero,
Gadex se habrá marchado en busca del tesoro
de la ciudad atlante de las Puertas de Oro,
que la musa de Homero nos cancionó gloriosa.
¿Procederá de allí su estirpe generosa?
II
Tus bellas mujeres a Roma traían pervertida.
Sus cuerpos morenos de gráciles formas
la vida acortaban
de aquellos patricios en las bacanales…
Sus crótalos de oro en las consulescas estancias sonaban.
Las puras Vestales
el templo de Safo visitan en su compañía.
Y aquellas invictas espadas que un día,
al bárbaro Aglo y al Galo peludo cercenan la testa,
se ofrecen galantes
cual cetro de amor en la Fiesta…
Tú fuiste con Roma ciudad federada,
cuando ya a su Carro la Humanidad atada
trotaba hacia el Tíber… ¡Émula de Troya! ¡Ciudad envidiada!
Inri del Oestrimnis cultísimo,
Nuestro Ilustrísimo Señor,
Padre de Adán-Eva y del oriente soñador…!
III
Los siglos a lomos de Cronos corrieron veloces.
Una nueva casta de hombres muy fuertes y audaces
llegó de Otros Mundos
ganados al Mar por el esfuerzo hispano,
formando el prodigioso Lar Americano…
Y Tú que eras Madre y Hermana a la par
de su mismo lecho, llegaban al tuyo
la mano materna a besar;
y a pedirte venia para navegar…
El oro y la plata del Andes fue tuya…
La envidia despiertas de nuevo y el Inglés por suya
te quiso tener… Tú fuiste su sueño por siglos enteros.
Bien te defendiste… Tus manos conservan aún los agujeros
de los galeones de Holanda, de Francia y de Albión…
¡Mas Tú tienes garras y dientes de viejo león…!
IV
Mas ¡ay!...; que a la Iberia gloriosa
se le cae de la mano la espada. ¡Oh Gades hermosa!
cual novia olvidada quedaste a orillas del Mar
cuando las galeras de Orán y Lepanto, a tus mismas puertas
viste naufragar…
Tus Hijas tomaron Estado. No administras su oro.
Las naves de Indias que eran tu tesoro
no llegan….
Sin galas ni barcos quedaste… ¡No llores…!
Que tras de estos tiempos
vendrán otros tiempos mejores…
Toma esos laureles
y teje tranquila coronas de Gloria.
¡Tu gesta está escrita
con letras de oro en la Historia…!
Fernando Villalón, Andalucía la Baja (1926),
en Poesías completas, Ed. de Jacques Issorel,
Madrid, Cátedra Letras Hispánicas, 1998, págs. 104-106
Juan Luis Vasallo Parodi, Gades, 1948
Estatua ubicada en el Paseo Pascual Pery Junquera, Cádiz
(http://pintegrado2.blogspot.com)
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Es una colaboración de Miguel Soler Gallo
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