EL PENSADOR FELIZ DE RODIN
Pedro de Matos
http://www.flickr.com/photos/lograi/5910954571/
Cuentan de cierta golondrina ornitofilantrópica que, viendo llorar a la estatua que acababan de colocar en la calle principal, se ofreció a ayudarla? ?¿Querrías llevar volando los pensamientos que albergo en mi cerebro a todos los pobres de espíritu de la ciudad? He visto desde aquí arriba ¡qué pena! a millones de transeúntes esclavos de la ignorancia?. La golondrina consagró su existencia a cooperar con ella en tan solidaria gesta y, gracias a esto, la ciudad se convirtió en cuna de la más alta intelectualidad del país. Cuando la efigie felizmente hubo entregado al pajarillo el último de sus pensamientos, su expresión grave y sabihonda se deshizo en una mueca boba y vacía. Los intelectuales que por la mañana descubrieron esculpida en su rostro semejante tontura, dieron aviso a las autoridades estéticas y el Eximísimo Ayuntamiento ordenó retirar inmediatamente de la conspicua rúa Ancha tan indeseable retrato de la estulticia.
Nerea Cristina Galán Fernández
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ResponderEliminarTonto pero generoso... Y qué desagradecida la gente.
ResponderEliminarBonito relato. ¡Un saludo!
Dentro de su concepto de acercar el arte a la gente. Bello paralelismo , acercando a ésta la sabiduría. Me encanta.
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