domingo, 7 de agosto de 2011

Y LLEGASTE... Marina Anaya (Cádiz, julio-septiembre 2011)



El poder del instante para transformar el devenir de nuestras vidas inspira la muestra "Y llegaste", que desde mañana podrá contemplarse en la Galería Benot y en el Castillo de Santa Catalina en Cádiz y que repasará la última producción de la artista palentina Marina Anaya a través de treinta y dos pinturas (acrílicos y óleos), treinta y cinco grabados en aguafuerte y diversas esculturas en hierro.
El amor, la naturaleza y la vida contemplada en positivo han inspirado siempre la obra de Anaya, y las piezas que podremos contemplar en la capital gaditana hasta septiembre surgieron en concreto de una estancia de la artista en Menorca, isla presente en los tonos verdes y aguamarinas que caracterizan estos trabajos recientes y en las sirenas y árboles que aparecen en los mismos.
 
Los personales trazos y formas propios de Marina Anaya convergen en personajes imperfectos y cargados de dulzura que se enlazan unos con otros dando lugar a emotivos encuentros que conmueven al espectador.
 
La exhibición de la Galería Benot puede visitarse hasta el 28 de septiembre y la muestra del Castillo de Santa Catalina, hasta el 23 de octubre.


Una obra inspirada por momentos como "la última copa al cerrar el bar"

La artista palentina Marina Anaya vuelve a Cádiz con 'Y llegaste', su segunda exposición en la ciudad, que comprende su obra de los dos últimos años y que se exhibe en el Castillo de Santa Catalina
Alaia Rotaeche / Cádiz | Actualizado 29.07.2011 - 05:00
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Marina Anaya, durante el montaje de su exposición en Santa Catalina.
El Castillo de Santa Catalina, en la zona más emblemática de la ciudad, estará lleno de colorido gracias a la obra alegre, y a la vez muy natural, de Marina Anaya. Desde ayer y hasta el 28 de septiembre, se puede visitar la muestra Y llegaste, la segunda exposición de la artista en la ciudad tras Volver, que trajo en 2008.

Sus cuadros no son de esos complejos, que uno observa durante horas sin entender bien qué significan. "Me inspira sobre todo la parte sencilla y bonita de la vida, esos instantes de felicidad que tenemos todos de vez en cuando", cuenta Marina, que tiene una formación impresionante en Artes Plásticas. Nacida en 1972, estudió Bellas Artes en Cuenca, para después completar sus estudios con una beca en Brasil, donde aprendió a "relativizar y a observar cómo es la vida en otros lugares", y terminar con un doctorado en La Habana, "una ciudad maravillosa en la que pasé mucho tiempo, donde los artistas tienen características muy concretas".

Además de haberse formado en el extranjero, Marina también ha tenido la oportunidad de exponer en China: "Si ya es maravilloso poder estar aquí, rodeada de amigos, el llevar tu obra a Shangai y que ese público que no conoces absolutamente de nada esté viendo tu trabajo, es algo estupendo, que te permite abrir la mirada".

La polifacética artista no sólo se dedica a la pintura, disciplina en la que destacan colecciones como las dedicadas al cine, a los clubs, o a sus viajes; también trabaja con la escultura y los grabados. En palabras de la propia Marina, "para mí es una buena combinación, porque a veces te saturas de la pintura, y te apetece trabajar un poco la escultura...", y afirma que de cada disciplina le llama la atención algo: "Del grabado me gusta mucho cómo la técnica forma parte del resultado final; de la pintura, la rapidez y la espontaneidad con la que permite trabajar; y de la escultura, la posibilidad de utilizar las tres dimensiones y materiales diferentes".

Marina Anaya es una persona a primera vista tranquila, serena, y eso se refleja en sus cuadros. Es inevitable preguntarle cómo definiría su obra, y sorprende con su respuesta: "No me gusta definir mi obra, me gusta que, una vez que está hecha, sea el propio espectador el que la valore, el que aprecie unas cosas u otras". Lleva el arte en las venas: su abuelo era escultor y su hermana es la actriz Elena Anaya.

En la estancia del Castillo donde se exhibe la muestra, la artista está preparando la inauguración. Esta exposición "tiene un hilo conductor, porque comprende mi trabajo de los dos últimos años", cuenta Anaya. Algunos de los cuadros ya están colocados, y se percibe lo que ella misma confirma: por un lado, el trabajo más reciente, "en el que han aparecido más elementos de mar, de naturaleza, más espacios abiertos"; por otro, las obras de hace un año, "la parte nocturna, la de los clubs y la noche". También parte de esta exhibición es la obra gráfica que está en la Galería Benot.

En referencia a los clubs, hay un cuadro que llama la atención sobre la zona madrileña de Malasaña, donde la artista vive actualmente. "A veces hago alusiones a las zonas por las que viajo o en las que vivo", cuenta Marina. La artista afirma que, en esta ocasión, ha utilizado el ambiente de los bares y los clubes para reflejar esa parte de la colección que se inspira en la noche. "Esa última hora de la noche, en la que ya no tienes prisa, ese momento relajado en el que te puedes tomar una copa, fantasear un poco..." le inspira para reflejar esos instantes de felicidad de los que hablaba antes. "Es un ambiente un poquito onírico, de 'ahora es mi momento', de tranquilidad". El momento, en definitiva, en el que nos relajamos. Y es que sus obras son de esas que te hacen sonreír y dejar a un lado "los 50.000 problemas que puedas tener durante el día".
                                         Alaia Rotaeche
 

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