miércoles, 23 de febrero de 2011

Del DIARIO DE UN POETA RECIÉN CASADO, de Juan Ramón Jiménez


José González, Ropa tendida, 2010

                            CXCIX

Cádiz,
21 de junio [1916]

FRESQUITOS MATINALES

¡Verano andaluz! ¡Cómo olvida el cuerpo lo que deja, o lo que le deja! ¡El recuerdo del cuerpo; mujer!
Este fresquito de Cádiz es el fresquito más alegre, más abierto, más alto que ha sentido mi carne nunca en el verano. Se diría que el airecillo surte del mar, como de su centro, que él mismo es otro mar de aire q0ue sube y anega y sepulta este montón de limpieza, de colores claros –este blanco con verde chillón, únicos−, de finura; que estamos en un aireario ideal, dentro del aire, que fuera como el alma del aire, cuya vestidura, desnuda ella, se le hubiera caído al suelo.
…Y digo alto, abriendo inmensamente el pecho al aire, por la calle estrecha −sucesión de claridades, encaje de matices suaves−: ¡Qué fresco tan rico! ¡Qué fresco tan rico!
Y un loro grita en un balcón: “¡Qué fresco tan rico” “¡Qué fresco tan rico!”


Juan Ramón Jimenez, Diario de un poeta recién casado (1917), Ed. Michael P. Predmore, Madrid, Cátedra, 2001, pág. 262.
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Es una colaboración de Nerea Galán Fernández



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