lunes, 4 de marzo de 2013

Cádiz a través de la creatividad, palabra y música de Fernando Lobo


Cádiz y la creatividad gadita 
por 
Fernando Lobo



Fernando Lobo - Torre Tavira
Calle Sonora


La Torre Tavira
Foto de 

Historia de la Torre Tavira
Cádiz es mundialmente famosa por sus torres miradores, testigos del comercio y prosperidad de que disfrutó la ciudad en el s. XVIII. En concreto, la Torre Tavira fue designada torre vigía oficial del puerto de Cádiz, por ser la cota más alta de la ciudad, ya que está a 45 metros sobre el nivel del mar y en el centro del casco antiguo.
D. Antonio Tavira era el vigía de la torre y será a través de su catalejo como imaginaremos la historia de la ciudad, esperando a los barcos provenientes de América cargados de mercancías; y a través de la cámara oscura como observaremos Cádiz y su urbanismo en el siglo XXI.




















Las cuatro torres (sillón-garita)-plaza Argüelles

Las cinco torres (garita)-plaza de España




















Torre mirador-calle Ancha






Fernando Lobo 

    Cantautor de Cádiz, de voz personal y cálida,FERNANDO LOBO fusiona en su obra influencias poéticas y musicales que abarcan desde la canción de autor más tradicional a reminiscencias de rock acústico y músicas del mundo; sus letras reflejan un estilo literario propio. Sus conciertos tienen un clima de muy variado registro que va de la ternura al compromiso sin dejar de lado el sentido del humor y la espontaneidad que le caracterizan. 


    También pone música a versos de Federico García Lorca, Carlos Edmundo de Ory y poetas inéditos gaditanos. 


Fernando Polavieja y Fernando Lobo- "Totum Revolutum"


El pasado 26 de febrero, en el homenaje a la poetiza gaditana Pilar Paz Pasamar con motivo de su 80 cumpleaños, junto a grandes nombres de las letras y de la cultura como José Téllez, que condujo el acto, Ana Sofía Pérez-Bustamante, quien hizo un recorrido crítico por la obra de Pilar, Jesús Fernández Palacios y Mercedes Escolano,  entre otros, que dieron lectura a varios poemas de la homenajeada, la actriz Montse Torrent, que ha dramatizado uno de los poemas de Pilar, como cierre, Fernando Lobo ha interpretado una canción suya sobre uno de los poemas de la autora gaditana.

Ablativo amor 


De tierra adentro a mar, de trecho a trecho,
desde el invierno hasta el feliz verano,
de la estepa encendida de la mano
a la región volcánica del pecho
va posándose amor, y va en acecho
amor de cima a sima, y sobre el llano,
y va implantando en todos, soberano,
su ley, su ejecución y su derecho.
Rey de la geografía del semblante,
encendedor de lumbres abisales
toda región desconsolada anima.
Cruza desde el poniente hasta el levante
implantando sus órdenes reales:
su agua, su luz, su voluntad, su clima…




    Ha tocado por los más diversos escenarios de las provincias de Cádiz, Sevilla, Jaén, Madrid…así como en Marruecos y Nicaragua. Ha compartido cartel con músicos como Javier Ruibal, Luis Pastor, Quique González...
Además es componente fundador del movimiento de canción de autor “ Nueva Canción Gaditana” junto a Ignacio Lobo, Sergio Carrillo, Jesús Gómez y Nacho Dueñas.

Fernando Lobo, además de cantautor, es escritor. Su primera novela, Nosequé Nosecuántico, escrita junto a Israel Alonso, es una obra singular, es la primera novela de ciencia ficción gadita, aprovechando la palabra que José Luis Vidal usa para describirla en su reseña al libro:

    "Sus puntos de localización principales son Cádiz, of course, y Suiza, más concretamente los laboratorios donde se construyó el Colisionador de Hadrones. Una casualidad hace que el botarate Wenceslao Treviño invente la tostadora perfecta, sin darse cuenta de que en realidad ha creado una réplica del ingenio que se pone en marcha en el país de los relojes de cuco. De pronto, una singularidad cuántica se origina y comienzan los Plofs, saltos que arrastran de un lugar a otro y en el tiempo a todo tipo de objetos, personas o animales… Si a esto sumamos un escuadrón de militares yanquis, que, como siempre, tienen que meterse hasta en los charcos pues ya tenemos el follón armado.
    Saltos cuánticos por doquier, tortilla de papas, una estudiante Erasmus, científicos muy muy locos, la playa de La Caleta, una esposa abandonada con muy mala uva… En fin, todo un reparto que nos lleva de un lugar a otro con un ritmo frenético, en una novela que se lee de un tirón (tranquilos, los términos científicos, que los hay, se explican de una manera muy llana y sencilla) y que cuenta como añadido con unas pocas (uno siempre quiere más) de ilustraciones del genial Mel, que le pone rostro al descontrolado Wences y cía.
    Mezclen a Berlanga o Azcona con una buena fuente de papas aliñás y obtendrán una divertida historia, plagada de personajes arquetípicos de la fauna gaditana (¿o debería decir gadita?) a los que se suman unos militares que parecen sacados de “La Chaqueta Metálica” y unos científicos muy muy alelados, los pobres.
    Cuando todo parezcan llegar a su fin (cuántico, claro), los autores se sacan de la manga una solución que se la pondría morcillona a Iker Jiménez, apostando claramente por una resolución de lo más fantástica.
    Y todo esto con una banda sonora de al ritmo de la caja y un bombo."

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