sábado, 28 de abril de 2012

La Alameda, más Oryana que nunca

"Autorretrato"

FANTASÍA ACERCA DE MI ARTE
Nunca espero hacer un verso
ni en invierno ni en verano
Como un niño con mocos
me caen del alma cítaras
Me duele el corazón de ser un genio
Me escondo en algún sábado
y escribo con mi escoba
en un rincón de ala de alguna mariposa
Mi poesía no sale por la puerta de todos
sale por la rendija del mundo
por las alcantarillas del siglo
por las uñas de un criminal arrepentido
Vamos a la cama vamos a jugar a las tinieblas
Vamos a soñar con un perfil de lobo

Lector te entregaré mi espalda de dos fuegos
un hombro mío soporta un alfiler
el otro hombro puso un anuncio en el periódico

Poemas y collages de Carlos Edmundo de Ory


La Fundación Carlos Edmundo de Ory festeja el 89 aniversario del poeta gaditano.
«Torné la cabeza para verlo por última vez y no dije adiós». No se despidió Carlos Edmundo de Ory de la Alameda gaditana, donde nació y creció, donde su padre -Eduardo- profetizó sobre él que sería un poeta preclaro. Como lo suyo fue un hasta luego, volvió hecho ceniza para descansar eternamente bajo su suelo, en la plaza que muy pronto llevará su nombre y donde, sentado en un banco con vistas privilegiadas, presidirá cada 27 de abril una lectura de sus geniales creaciones. Ayer fue la primera de una cita que sus amigos y familiares quieren institucionalizar desde ya. El íntimo encuentro del mediodía sirvió para festejar el 89 aniversario del nacimiento del autor de 'La memoria amorosa'. De regalo, un puñado de sus versos regados con un vasito de vino oloroso. Una fiesta modesta, pero de aspiraciones muy ambiciosas.



"Me vi llegando al mundo en el mes cuarto del calendario gregoriano..."


Artistas y amigos de Carlos Edmundo de Ory lo recuerdan en el que hubiera sido su 89 cumpleaños · Estos días se presentará la maqueta oficial de la escultura homenaje al poeta, a cargo de Luis Quintero.
Hace ochenta años, justo frente a la glorieta que en breve llevará su nombre, Eduardo de Ory profetizó que su hijo Carlos Edmundo sería poeta: "Pobrecito mío, que está siempre pálido y meditabundo, pensando, pensando..." La historia la cuenta Antonio Flor, encargado de ponerle música a esos versos y presentarlos, durante la mañana de ayer, en un rincón de la Alameda. Junto a él, un grupo de artistas y amigos de Carlos Edmundo de Ory se reunía para celebrar, con poemas y oloroso, el que hubiera sido el ochenta y nueve cumpleaños del poeta. "No podemos instituir una ruta De Ory como la ruta quiñonesca, surgida de la mano de Blanca Flores y Juan José Téllez -comentaba el amigo del desaparecido escritor, Jesús Fernández Palacios-. Pero queremos insistir en la celebración del nacimiento de Carlos Edmundo, no en su muerte". Bajo esa premisa se citaron la viuda del poeta, Laura Lacheroy, y un grupo de nombres entre los que se encontraban José Antonio Ripoll, Ana Sofía Pérez-Bustamante, Fernando Polavieja o Ana Rodríguez Tenorio. No había mejor manera de recordar al escritor que frente a su hogar familiar, con poemas y oloroso. 




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