El viejo Teatro Andalucía (1949-1994)
(Ateneo virtual de Cádiz, http://fotosantiguas.mforos.com/)
CINE ITALIANO
Lo que nosotros no hemos conseguido pese a todos los esfuerzos y a todos los millones y, lo que es más triste, no conseguiremos desechar mientras nos obstinemos en seguir arando el campo mustio y antiguo de nuestros actuales cánones cinematográficos, carente de positivas mentalidades directrices, lo van logrando –ya muy cerca de los fines propuestos– los italianos. Muy pronto –aquí, en España– dejaremos de volver la espalda definitivamente a las producciones de Italia. Sí: ese gesto tan duro y significativo que todos nos sabemos de memoria.
–Veamos la cartelera. A ver...
–Pues... enzi... ¡Italiana! Y la próxima... ¡española! Esta semana, al café. Generalmente, el cine de Italia nunca se anduvo por las ramas ni abundó en los términos medios. O la entera perfección de una película, asistida, desarrollada y concretamente buena o, las más veces, el decidido fracaso o la franca mediocridad. Ejemplo de este último, a pesar de la excelente labor de Alida Valli y Fosco Giachetti y algunos detalles aislados: Los que vivimos[1]. Pero, en los momentos que corren, parece ser que la cinematografía italiana se ha hecho de un pulso, de una halagadora madurez. Un nuevo plantel de directores –Roberto Rosellini con Paisa[2] y Roma, ciudad abierta[3], Vittorio de Sica con Ladrón de bicicletas[4], Augusto Genina con Cielo sobre el pantano[5], etc.–, han emprendido un vuelo a golpes limpios de realismo y personalidad, hasta situarse en un primerísimo plano mundial y atraer merecidamente –nada hemos visto, pero conocemos el paño– la mayor atención de todos los públicos selectos. Lo que nos viene a decir, en pocas y claras palabras, el lamentable papel que estamos haciendo. Hay cines, buenos estilos de cine que vienen de vuelta. Otros acaban de llegar. Los más se han hecho de un nombre justo y han despertado un proporcionado interés en el extranjero. Los menos, han logrado ocho, diez, doce producciones excelentes mantenedoras más o menos firmemente de los respectivos prestigios. Nosotros no hacemos nada. Porque no hacer nada es apegarse a ese modo “renegro, reseco y chicuelo”, como el Piyayo, de nuestros directores, de nuestras empresas, de nuestras productoras. No hacer nada es no rejuvenecer, no refrescar nuestro propio estilo, un estilo pobre, teatralizado y topiquero. Y no hacer nada, pero nada, es gastarse ocho millones de pesetas en esa próxima película nuestra que se está rodando –con tantísimo derroche, que da miedo verlo– en nuestros lares. ¡Qué dolor!
Fernando Quiñones (con el pseudónimo de Vicente Q. Montero), "Cine italiano", La Voz del Sur (Cádiz), 2 de julio de 1950, pág. 14
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Es una colaboración de Cecilia Martínez Bienvenido
[1] Noi vivi, Italia, 1942. Director: Goffredo Alessandrini. Intérpretes: Alida Valli, Elvira Betrone, Emilio Cigoli, Fosco Giachetti, Giovanni Grasso, Rossano Brazzi.
[2] Paisà, Italia, 1946 Dirección: Roberto Rossellini. Reparto: Carlo Piscane, William Tubbs, Maria Michi, Robert Van Loon, Alfonsino Pasca. Oscar Mejor argumento y guión 1949.
[3] Roma, città aperta, Italia, 1945 Dirección Roberto Rossellini. Reparto: Anna Magnani, Aldo Fabrizi, Marcello Plagiero, Nando Bruno, Harry Feist.
[4] Ladri di biciclette, Italia, 1948 Director: Vittorio de Sica. Guión de Cesare Zavattini, Vittorio De Sica, Suso Cecchi d'Amico & Otros (a partir de la novela de Luigi Bartolini). Reparto: Lamberto Maggiorani, Enzo Staiola, Lianella Carell, Gino Saltamerenda, Giulio Chiari, Vittorio Antonucci. Nominada al Oscar Mejor guión. Premio Honorífico a la Mejor película extranjera 1949. Globo de Oro: Mejor película extranjera 1949.
[5] Cielo sulla palude, Italia, 1949. Dirigido por Augusto Genina. Intérpretes: Ines Orsini, Mauro Matteucci, Francesco Tomolillo, Giovanni Martella, Assunta Radico, Rubi Dalma, Michele Malaspina, Domenico Viglioni Borghese, Antimo Reyner, Siva Fazi. Guión de Augusto Genina.
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