miércoles, 24 de noviembre de 2010

2. La vida es un tómbolo



2.   LA VIDA ES UN TÓMBOLO
Hechas estas presentaciones, conviene empezar por lo primero,
que en el caso de Cádiz es el mar. Aquí vamos a dejar que sea Miguel Martínez del Cerro (Cádiz, 1912-1971), profesor y poeta, cicerone durante muchos años de los alumnos de los Cursos de Verano que organizaba la Universidad de Sevilla, el que explique la ubicación de la ciudad, en un texto tan bien escrito como pedagógico que data de 1966 (aunque hay una reedición reciente):

El fundamento de la vida de una ciudad es siempre su geografía. De ella dependen sus problemas, su historia y su estilo. (…)
       Ante todo Cádiz es una cosa –un accidente geográfico− que no es del todo isla ni del todo península: es lo que se llama un tómbolo. O, mejor, varios tómbolos.
       La palabra tómbolo es el nombre de una población italiana que está, como Cádiz, metida dentro del mar. Y de ahí el nombre de ese accidente geográfico[1]. Se llama tómbolo a una isla próxima a la costa que se comunica con ella por una línea de arena o roca. Y esto es Cádiz: una isla que se comunica con la costa por una línea de arena de nueve kilómetros. Por ello a Cádiz se le considera el modelo más acabado de tómbolo que existe en la superficie del planeta.
       Pero es no sólo un tómbolo sino varios. Porque el conjunto gaditano está formado por cuatro islas, todas ellas comunicadas entre sí: la de San Sebastián, la de Cádiz, la de Sancti Petri y la de León[2]. Aunque la de Sancti Petri, por su hundimiento, ha perdido su antigua comunicación con las otras.
       Pero si este curioso accidente da a nuestra ciudad una manera de ser peculiarísima, aún se marcarán más sus peculiaridades por el emplazamiento en que está situada.
       En efecto, Cádiz está colocada en el Océano Atlántico a la entrada del Estrecho de Gibraltar. O sea en la intersección de dos continentes –Europa y África− y de los dos mares más importantes de la humanidad: el Mediterráneo –el mar de la civilización antigua− y el Atlántico –el de la civilización moderna−[3]. Y aun por los azares de la vida ha ocurrido durante varios siglos que ha sido la puerta de comunicación de España con América y Oceanía.
       De esta suerte nos encontramos con las siguientes características geográficas que determinan la vida gaditana. Primera: su condición de tómbolo o isla en el mar. Segunda: su reducido solar. Y tercera: su situación de lugar de comunicación de pueblos y culturas.
       Y ya veremos cómo estas condiciones conforman sus estilos de arquitectura y de arte y su manera de ser.
Miguel Martínez del Cerro, Un paseo por Cádiz. (Ensayo, Historia. Itinerario artístico), Cádiz, Ed. Escelicer, 1966. (Cap. 5, “Su geografía”, págs. 15-16). (Hay reedición no venal de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz, 2005).



[1]  La población de Tómbolo, en la provincia de Padua, dentro de la región del Véneto, está situada entre las ciudades de Padua y Venecia. Su superficie es de poco más de 11 km2 (la de Cádiz es de algo más de 3 km2).
[2]  Ya veremos en otra entrega cómo, en principio, las islas Gadeiras eran distintas y eran quizá incluso más.
[3]  El lector debe tener siempre en cuenta la época en que se inscribe un escritor para entender su visión de la geografía (y del mundo). Durante siglos nuestra perspectiva ha sido eurocéntrica (de ahí que nuestros mapas del mundo presenten siempre a Europa en el centro). Hoy día, con la importancia que ha adquirido Asia, sobre todo China y Japón, no se podría afirmar que el Mediterráneo y el Atlántico sean los dos mares más importantes de la humanidad: no en estos términos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario